Hay veces que puedes pasar meses sin publicar un fotonatura porque las salidas fotográficas acaban siendo infructuosas, pero la primavera es lo que tiene, que todo bicho vivo sale de paseo.
En esta entrada os quiero presentar un ave que era totalmente una desconocida para mí a pesar que, como sabéis, gran parte de mi actividad fotográfica trata de fotografiarlas. El ejemplar que podéis ver en las fotos es un cuco real, o Clamator glandarius (Linnaeus 1758).
A diferencia del cuco común, Cuculus canorus (Linnaeus, 1758), éste tiene unos colores mucho más llamativos. Sin embargo usan la misma técnica reproductora que estos.
En esta especie el dimorfismo sexual se caracteriza porque los machos tienen un penacho de plumas en la cabeza, la parte dorsal es de color marrón con motas blancas y el pecho blanco con una zona más amarilla en la zona del cuello. Sin embargo los jóvenes no presentan dimorfismo sexual, la cabeza es más oscura y el pecho mucho más amarillo.
Son de las primeras aves en llegar a la Península Ibérica cuando se acerca el buen tiempo y ejercen una labor de control de especies consideradas plaga como es la procesionaria del pino.
Al igual que el cuco común, es una de esas especies que presenta reproducción de tipo parasitario. Los machos del cuco real distraen a los ejemplares de otras especies, como es el caso de la graja, para que abandonen el nido, y mientras tanto la hembra pone huevos en su nido. Pero a diferencia del cuco común no tira los huevos de la especie que están parasitando, pero están condenados a morir puesto que las crías de cuco real son muchísimo más áviles a la hora de comer.
Sin más os dejo un par de fotos que han sorprendido incluso a la comunidad de fotógrafos en la que participo. No por la calidad, más bien por la dificulta de encontrarse con ellos.
Si queréis ver las fotos con más calidad os dejo el link de flickr:
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